Historia

Tinajo es un municipio situado en la parte occidental de la isla de Lanzarote, en las Islas Canarias. Su origen se remonta a un grupo de pastores que se establecieron en la zona debido a la fertilidad de sus tierras, que antes de las erupciones volcánicas eran consideradas las más productivas de la isla, proporcionando alimento a sus habitantes.  

La conquista y colonización de Tinajo fueron procesos lentos. Hasta bien entrado el siglo XVII, el asentamiento no era lo suficientemente significativo como para aparecer en la cartografía de la época. En 1577, Gaspar de Bethencourt recibió del Marqués de la Isla el término de Tinajo, incluyendo sus casas, corrales y maretas, consolidando así la propiedad y administración de estas tierras.  

A principios del siglo XVII, Ana Viciosa, esposa del gobernador de Lanzarote, administraba el pueblo, que en ese entonces contaba con apenas un centenar de vecinos. Las devastadoras erupciones volcánicas entre 1730 y 1736 afectaron gravemente a Tinajo, destruyendo aldeas, tierras de cultivo y obligando a muchos habitantes a emigrar. Estas erupciones cubrieron aproximadamente 73 de los 135,28 kilómetros cuadrados del municipio con lava.  

En la segunda mitad del siglo XIX, Tinajo experimentó un despegue económico gracias a las primeras reformas agrarias y la introducción del sistema de enarenado, que revitalizó la agricultura local. Sin embargo, la comunidad también enfrentó desafíos como sequías, plagas y epidemias, que llevaron a períodos de hambruna y emigración hacia otras islas y América en busca de mejores oportunidades.  

Administrativamente, Tinajo perteneció al municipio de Teguise hasta 1825, cuando se constituyó como municipio independiente. La construcción de la iglesia de San Roque en el siglo XVIII y la ermita de Nuestra Señora de los Dolores en Mancha Blanca son testigos del desarrollo religioso y cultural de la comunidad.  

Hoy en día, Tinajo es conocido por su patrimonio cultural y natural, incluyendo el Parque Nacional de Timanfaya y la devoción a la Virgen de los Dolores, patrona de Lanzarote. Cada 15 de septiembre, se celebra una romería en su honor, donde peregrinos de toda la isla acuden a la ermita en Mancha Blanca, manteniendo vivas las tradiciones y la identidad del municipio.