La Caldera de Guiguan es un coqueto cráter volcánico antiguo, con el fondo y los laterales modificados por los agricultores para fabricar terrazas y fincas de cultivo. Todas ellas con el añadido de la cubierta de lapilli, picón o rofe que las convierte en los tradicionales enarenados. La ruta nos muestra algunas vides plantadas en zanjas perimetrales, antiguas plantaciones de piteras y zonas de extracción de materiales volcánicos.
PUNTO DE SALIDA/ LLEGADA: Av. de los Volcanes, Mirador de Guiguan.
DIFICULTAD: BAJA, Apta para todos los públicos.
TIEMPO APROXIMADO: 40 min.
SEÑALIZACIÓN: Sendero estrecho y de arenas sueltas.
APARCAMIENTO: En las calles cercanas al punto de inicio.
ESPACIO NATURAL PROTEGIDO: No es un Espacio Natural Protegido.
DESCRIPCIÓN: Desde el mirador de Guiguan bajamos unas escaleras de piedra para tomar una vereda que recorre el interior del cráter de este viejo volcán. Una estrecha vereda a media altura nos sigue permitiendo observar las numerosas fincas de cultivo creadas en el interior de este cono volcánico. Salimos hacia el oeste caminando entre terrazas con piteras y luego junto a una zanja que se construyó para parar la escorrentía de la montaña en los días de lluvia. Llegamos a la Avenida de Mancha Blanca y caminamos hacia la izquierda para terminar de darle la vuelta a la montaña Guiguan, aunque ahora vamos por una cómoda acera junto a la avenida. Regresamos a este incomparable mirador de Guiguan.
CURIOSIDAD: Leyenda de la aparición de la virgen.
Terminadas las erupciones de Timanfaya con la promesa incumplida de la construcción de una iglesia a la virgen de los Dolores por haber parado los volcanes ocurre un suceso en la montaña Guiguan que ha llegado hasta nuestros días. Estaba una joven pastora, Juana Rafaela Acosta Umpierrez, de 9 años, cuidando sus cabras en la Montaña Guiguan cuando se le acercó una señora vestida de negro y le pidió a la niña que recordara a los mayores la promesa de la construcción de una ermita. La niña se lo contó a su familia y no la creyeron, pero la señora de negro volvió a aparecer y tras escuchar lo que había sucedido le puso la mano en la espalda y se la dejó grabada. Los familiares asombrados al ver una mano marcada en la espalda, la creyeron y las autoridades religiosas investigaron hasta que la niña vio una imagen de la virgen de los dolores y reconoció en ella a la señora que se le había aparecido.